QUÉ HACER SI TU CALDERA SE AVERÍA DURANTE UNA NEVADA
Desde que nos visitó “Filomena”, la enorme tormenta con la grandísima nevada que colapsó casi todo, ha habido publicaciones con trucos para sobrevivir en una nevada tales como “qué comer durante una nevada” o “cómo retirar la nieve si no tienes pala”… pero pocos o ninguno sobre qué hacer si se avería tu caldera durante esos días.
A todos nos gusta (o a la mayoría) ver caer la nieve, que nieve en nuestros pueblos o ciudades, pero quizás Filomena nos trajo demasiada nieve. Por supuesto es durante esos días cuando más necesitamos nuestras calderas y nuestros sistemas de calefacción estén en buen estado. La verdad es que metidos en situación, si se te avería la caldera puedes desde entrar en pánico, hasta llorar, gritar… Pero lo mejor es tomarse la situación con algo de calmo y siguiendo estos pequeños consejos que te ponemos mientras esperas a que acudamos a tu hogar para ayudarte.
Lo primero es decirte que las probabilidades de avería durante las épocas más frías del año son mayores. El rendimiento que exigimos a las calderas es mayor, incluso mucho más alto que en cualquier otro momento y durante más tiempo, con lo que la caldera trabaja esforzándose en mantener tu casa caliente. Y esto, por ende, hace que los técnicos estén con muchísimo más trabajo durante los meses de invierno. De ahí que las revisiones previas sean tan importante, sobre todo teniendo en cuenta que hacerlas fuera de la época invernal puede garantizar un mejor funcionamiento y rendimiento posterior.
EMPEZAMOS CON LOS PEQUEÑOS CONSEJOS.
NO TOQUES SI NO SABES
Quizás este sea el consejo más importante. Tocar o manipular una caldera, además de poder ser ilegal (por manipulaciones indebidas), es muy peligroso. Manipular una caldera aunque creamos que sabemos lo que hacemos, puede terminar en una mala situación, con lo que si no sabes o no vas a seguir los pequeños consejos que te ponemos a continuación, no toques nada. Llámanos y te atenderemos lo antes posible para que tu hogar esté como debe.
ANTES DEL INVIERNO
Algunos de los problemas de las calderas en invierno pueden ser causados del desuso en verano. Al no hacer un uso habitual de la caldera durante los meses de verano, pueden producirse obstrucciones, acumulación de humedades, etc., que pueden hacer que el funcionamiento se vea comprometido. Por eso las revisiones en verano son muy interesantes. El consejo para antes del invierno es que arranques tu caldera durante unos 10 minutos al menos cada mes en verano.
Puedes aprovechar y comprar un par de calefactores eléctricos, incluso una manta eléctrica. En verano están muy bien de precio y pueden sacarte de un apuro.
UNAS COMPROBACIONES PREVIAS.
Puede ser que se haya ido la luz, que el magnetotérmico (el interruptor que generalmente llamamos “el automático”) responsable de la caldera esté bajado y por lo tanto, sin corriente. Echa un ojo en la caja (generalmente en la entrada de tu vivienda) y asegúrate de que todo está bien. Si lo que no hay es electricidad en toda la casa, pregunta a algún vecino por si fuera una avería general en el área.
Asegúrate de que no huele a gas. Si es así, probablemente haya una fuga. Abre puertas y ventanas y salid de la casa con rapidez bien abrigados. Llama al 112 y ellos te aconsejarán cómo actuar de la mejor forma.
Otro factor que deberías comprobar es que tengas gas en casa. Echa un vistazo a la llave de paso y si está bien pero la caldera no funciona, llámanos.
También debes comprobar el termostato. Si es analógico, comprueba que funciona la rueda selectora de temperatura. El termostato debería hacer un sonido cuando llega a la temperatura a la que está la vivienda al bajarlo, o subirlo. Si es digital, fíjate si está bien programado, si está en hora o de si funcionan bien las pilas. Resetéalo retirando las pilas y volviendo a ponerlas.
Deberías también mirar la luz piloto de la caldera. Si está apagada y no se enciende, la caldera no funcionará.
Es importante que sepas que, si tu caldera es de condensación, una sonda puede detectar si tu salida por los tubos que van al exterior, están obstruidas o incluso congeladas. Trata de retirar el hielo o nieve que se haya podido acumular, con mucho cuidado por supuesto. A veces con un secador de pelo puede ser suficiente como para retirar el hielo o la nieve que se haya podido acumular. Asegúrate de proteger la tubería para que no vuelva a ocurrir si la tormenta persiste.
Puedes también revisar la presión de la caldera. Si hay algún problema de presión, la caldera no arrancará. Para solucionar esto, es preciso que accedas a la llave de llenado de la caldera y consigas la presión necesaria.
Ojo, sigue las instrucciones de la caldera para tener la presión de funcionamiento correcta ya que una presión excesiva puede causar un grave accidente.
RETÉN, EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, EL CALOR
Durante una nevada tan grande como la pasada, perder el calor de tu casa es lo último que quieres. Así que es imprescindible, si no has conseguido hacer que arranque la caldera con ninguno de los anteriores consejos, que retengas el mayor calor posible en tu casa hasta que podamos atenderte.
Mantén las persianas bajadas. Ver nevar es precioso, pero vas a perder muchísimo calor por los cristales.
Ten las cortinas cerradas. Al igual que pasa con las persianas, las cortinas pueden ayudarte a mantener el calor que tienes en la estancia.
Burletes en las puertas. Quizás no tienes burletes en las puertas… pero tiene fácil solución. Coloca unas toallas enrolladas en la parte de debajo de las puertas para evitar que se escape el calor.
Trata de cubrir cada rincón sospechoso por donde pueda fugarse el calor, incluso las cerraduras. Coloca cinta adhesiva en la cerradura y evitarás que por ahí el preciado calor salga.
También puedes colocar cinta aislante, americana o adhesiva alrededor de las ventanas para evitar que se escape el calor.
Si vives en una planta alta, ático o similar, puedes usar tu ropa a modo de moqueta si no tuvieras, tanto en el suelo como en el techo (grapando las prendas, pero esto en caso muy extremo, claro).
Por supuesto, aunque puede parecer una tontería, abrígate. Ponte ropa cómoda pero que te abrigue mucho. No te importe llevar un par de abrigos a la vez. Utiliza un gorro o dos. Incluso calienta la ropa antes de ponértela con un secador de pelo.
AGUA CALIENTE
Si tienes electricidad, seguramente tienes un microondas, un horno o una cocina con la que poder calentar agua. Con ella podrás desde lavarte y entrar en calor, como preparar cazuelas para colocar en lugares estratégicos a modo de radiadores efímeros, pero también para hacerte un caldo, una sopa calentita…
También puedes calentar agua y ponerla en botellas que después, bien cerradas, claro, puedes poner entre las sábanas de la cama y así calentarla. Por supuesto, las bolsas de agua serán unas grandes aliadas.
COMIDA CALIENTE
Es un verdadero placer poder comer caliente cuando hay una tormenta, ventisca o inmensa nevada como la que nos trajo Filomena. Sostener entre tus manos una taza caliente es genial. La sensación de calor en las manos es una maravilla que se traslada a todo el cuerpo.
Hazte una sopa calentita, un caldo, infusiones. Haz guisos deliciosos de esos que te hacen soplar la cuchara.
También es importante que tomes alimentos con alto valor calórico, con hidratos de carbono que se noten al primer bocado. Toma cereales, frutos secos, etc.
Y si haces un bizcocho, deja después abierto el horno… es una delicia notar ese calor emanar de su interior.
Se siente incluso rabia cuando se avería una caldera, sobre todo si ocurre durante una tormenta, pero tomando unas pequeñas precauciones, se puede soportar mejor hasta que podamos ir a atenderte.